Una distopía que se va cumpliendo cada vez más con la terrorífica precisión de una profecía hecha a la humanidad por un gran visionario como fue George Orwell. Sí, me refiero a 1984, esa novela sobre la vigilancia permanente y omnipresente del Gran Hermano sobre todos los habitantes de Eurasia, con sus pantallas y micrófonos en todos los edificios, incluso en la calle, en el campo, en cualquier espacio al aire libre... No hay forma de escapar al ojo y al oído del Partido Interno. Cualquier pensamiento independiente, cualquier intento de rebelión es aplastado rápidamente y sin contemplaciones. Un día, un conocido desaparece y no se vuelve a saber de él. Incluso se cambia la Historia y toda la documentación recogida hasta el momento para manipular la verdad. Esa verdad que surge dentro de cada ser humano y le lleva a dudar de todo lo que le rodea. Así le ocurre al protagonista, Winston Smith. Primero intenta escribir un diario. En él refleja sus primeras dudas, sus primeros pensamientos, sus primeros sentimientos de rebelión... Empieza a comprender la manipulación a la que se somete a la sociedad. Solo tiene esperanza en los proles (las clases más bajas), que viven como apartadas de la clase media, en sus barrios de inframundo. Winston intentará rebelarse en la clandestinidad, cuidando muchos sus movimientos y confiando solo en unas pocas personas, lo cual le llevará al desastre. Pronto descubre que no hay escapatoria. Pero ¿está tan lejos la realidad que nos describe Orwell?...
Algunas noticias nos indican hasta qué punto esta novela sigue estando de actualidad y hoy más que nunca. Esta es una noticia impactante, que da mucho que pensar:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=208586
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